Es increíble como cambiaron las cosas en tan pocos años, de un momento a otro se instalo la “modernidad” y todo lo sano e inocente quedo de lado, mi barrio ya no mas volvió a ser el mismo, no se si es que mejor o peor, sencillamente ahora todo es muy distinto.
Cuando era chico me encantaba ir al cerro que esta a 1 cuadra de mi casa, era un cerro maravilloso de arena fina, en la cima volábamos cometa con mi papá, era lo máximo tirarse corriendo desde arriba, perder el equilibrio y rodar, rodar, rodar y rodar hasta estar abajo, levantarse con la boca y la nariz llena de arena, quejarse un poco y volver a subir, cuando uno es chico es masoquista, era realmente muy divertido, pero eso si... nunca podíamos ir atrás de el cerro porque atrás estaba el bosque y sabe Dios que criaturas monstruosas habrá ahí atrás, de vez en cuando “frejol” se inventaba alguna historia y mi hermano y yo nos la creíamos, ese bosque, era un bosque maldito, solo se podía jugar por la parte del cerro que daba a la casa, atrás, nunca, jamas, podríamos morir.
Nunca debieron construir la pista de asfalto afuera de mi casa, es la peor decisión que tomaron las autoridades porque ya que estaba construida ¿donde íbamos a jugar fútbol si no era afuera de la casa?, no recuerdo alguna respuesta lógica, pero extraño los tiempos en que salía a jugar con los chicos de la cuadra en toda la tierra, jugábamos a las chapadas, al mata-gente o a las escondidas, no pasaban carros, no había gente mala, todo realmente era muy bueno, corríamos hasta que ya no dábamos mas, la idea era salir de casa y correr... si, exacto, como si fuéramos mascotas. Pero bueno era inevitable, recién nacía mi hermanito menor y los condenados hicieron pista y ampliaron las veredas. Felizmente mi hermano Mario pudo disfrutar un poco de ciertas ventajas... había pista pero lo que no había era carros, así que estábamos en las mismas, jugábamos fútbol y agarrábamos el portón del vecino de arco, jugábamos “mundo” en la vereda, era súper sofisticado, si queríamos competir nos íbamos “al parque Bolognesi” y nos quedábamos jugando hasta que mi mamá venia con el palo y así día tras día hasta que crecimos.
Los tres tuvimos una infancia saludable, el barrio estaba sano, pero se fue enfermando y poniendo feo, nuestros amigos de niñez ya decidían no estudiar, se dedicaban a la vagancia y al skate. Felizmente el barrio tardo en ponerse feo, nos dio tiempo a disfrutar de la calle, de la tierra, del cerro, del parque, los carnavales, creo que lo disfrutamos bien pero ahora las cosas son bien distintas, la súper población llego a Lima!, los cerros de al fondo se llenaron de casas, ya no se ponían verdes en invierno, el cerro que quedaba a una cuadra esta lleno de casas de hasta 3 y 4 pisos, llegaron las drogas, la delincuencia y los muchachos se iban por el camino fácil, gracias a Dios tuvimos la educación y los padres que tuvimos. Ahora antes de salir a la calle hay que mirar quien esta alrededor, si hay caras sospechosas, si es muy tarde no hay que ir hacia “abajo” porque venden droga o hay pandilleros que a veces están por ahí dando vueltas, no se puede ir a la avenida tranquilo a las 6 o 7 de la noche... hay muchos carteristas dando vueltas, en realidad a veces es tan fastidiosa la situación que parece que el solo hecho de salir ya te entrega al peligro.
Obviamente todo esto es falta de educación, estos chicos que ahora son así, son los hijos de los “fumones” que se tiraban hace muchos años en el parque queda a 3 cuadras de mi casa, eran solo “fumones” no hacían nada, pero que ejemplo le dan esos señores a sus hijos, yo creo que no hay ejemplo entonces los hijos terminaban haciendo lo que les resulta mas fácil y muchos chicos de mi barrio y de mi generación terminaron siendo vagos, drogos y fumones... y todo va de mal en peor porque estos chicos que ejemplo le pueden dar a sus hijos...
¿Y que pasa ahora?, pasa que mis primas pequeñas no pueden salir, no pueden tirarse del cerro, no pueden confiar en nadie, no pueden tener amigos del barrio, no pueden jugar en la pista y el parque Bolognesi de noche es peligroso, es increíble pero así están las cosas.
De todos modos no todo puede ser tan malo, esos momentos en los que salgo de noche a comprar algo a la avenida y no hay nadie en la calle todo esta cerrado, no hay gente, no hay peligro, ahí vuelve el barrio y me dice “ ey aquí estoy”, y lo dice también cada vez que veo a un muchacho de “mis tiempos” llegando de trabajar, a otro llegando de estudiar, a otro con su novia sentado en el parque conversando... ese es el barrio que siempre va existir, el de la gente que se esfuerza y se preocupa por ser cada vez mejor, el de la gente que vale lo que sabe y entonces se esfuerza por saber cada vez mas. Algún día otra vez todo será distinto.
El barrio aun esta ahí, lo se!
Desgraciadamente muchas cosas van cambiando para mal y el "desarrollo" es inevitable. Afortunadamente siempre hay esperanza y detallitos que nos hacen creer que no todo está perdido. Saluditos.
ResponderEliminarEs exactamente al punto que queria llegar...besos.
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